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¿Qué es la biodiversidad?
Para comprender este concepto basta observar la maravillosa diversidad de ambientes de la provincia de Córdoba: bosques áridos y serranos, arbustales, pastizales de altura, pampas, salinas, lagunas y bañados. Estos ambientes proveen diversos hábitats para la especies de animales y plantas. Por ejemplo, en la región serrana encontramos quebradas húmedas y boscosas, laderas cubiertas por pastizales, zonas pedregosas, arroyos y lagunas. En estos ambientes se encuentran comunidades animales compuestas por una gran variedad de especies tales como el puma, el gato montés, el pecarí, la vizcacha, el zorzal, el cardenal, la lechuza de las vizcacheras, el águila mora, la lampalagua, el gecko común, el sapito de colores y, en los arroyos y ríos, peces tales como la vieja del agua, el moncholo y el orillero, entre muchos otros. Además, cada una de estas especies forma poblaciones en las que se observa variación intraespecífica ya que los individuos de una misma especie son diferentes entre sí. Esto se debe a que cada organismo es un conjunto genético único con caracteres propios que se expresan morfológica, fisiológica y conductualmente de manera distinta.

Por ejemplo, la variación de colores y formas en el pelaje de los yaguaretés es una expresión de diversidad genética intraespecífica.

En síntesis, la “biodiversidad biológica estructural” se describe convenientemente, pero no exclusivamente, en términos de tres niveles conceptuales:

Diversidad de ecosistemas: la variedad de los diferentes tipos de ecosistemas y sus correspondientes comunidades.

Diversidad de especies: el número de las diferentes especies tanto de animales como de plantas que integran una comunidad dada.

Diversidad genética: la frecuencia y diversidad de los diferentes genes dentro de una población de una especie.

La Biología de la Conservación prioriza el mantenimiento de la diversidad estructural ya que si se mantienen la diversidad de especies, comunidades y ecosistemas, se mantendrá también la diversidad de los procesos ecológicos y evolutivos de la naturaleza, es decir, la biodiversidad funcional.

 

¿Por qué conservar?
En el punto anterior se hace referencia a los numerosos beneficios directos e indirectos producidos por la vida silvestre y que explican su importancia en el mantenimiento de la integridad de los ecosistemas que sustentan la vida humana en la Tierra. La conservación de la naturaleza es la base de la conservación de la vida humana en nuestro planeta. Cabe agregar que si bien las numerosas especies que integran una comunidad biológica no son igualmente relevantes, la disminución pronunciada de la población de una especie o su desaparición, produce una importante alteración de los procesos y funciones de la comunidad que integra debido a la supresión de sus interacciones con las demás especies y con el ambiente.

 

¿Conservar o preservar?
Es importante diferenciar estos dos conceptos que a menudo se confunden.

Preservar es sinónimo de guardar o poner a salvo algo, es decir, no un bien para protegerlo de cualquier daño posible. Entonces, si se preservan los animales silvestres, éstos no pueden ser utilizados o explotados, ni sus hábitats alterados. Conservar, en cambio, se refiere al uso de los bienes naturales de manera tal que estos satisfagan nuestras necesidades y las de las generaciones futuras. Este concepto implica el uso limitado, cuidadoso y responsable de los bienes y servicios naturales, incluidos la fauna, de manera de que no se vea afectada su capacidad productiva o de regeneración.

REGIONES

Llanura Chaqueña
Esta ecorregión es una planicie que está emplazada en el N y NO cordobés. Su régimen térmico se caracteriza por temperaturas máximas absolutas de 45º C y mínimas absolutas de -6º C. El período lluvioso se extiende de octubre a marzo (480 - 580 mm), donde se producen el 80 % de las precipitaciones anuales. La vegetación original es un bosque xerófilo con la presencia del quebracho blanco como especie dominante y de otras especies arbóreas de menor porte como el algarrobo negro, el mistol, el tala, la brea, y el tintitaco.

En esta ecorregión encontramos principalmente animales adaptados a condiciones de aridez y elevadas temperaturas. Así, la mayoría de sus anfibios se reproducen explosivamente y en corto tiempo aprovechando las escasas lluvias concentradas entre fines de la primavera y el verano y presentan notables adaptaciones a la sequía, como las que se observan en la rana mono.

Llanura Espinal
La llanura del Espinal suaviza gradualmente su relieve con pendiente continua y hacia el este. Se trata, en realidad, de un gran ecotono entre las regiones chaqueña y pampeana. Originalmente, las comunidades vegetales estaban compuestas por bosques de algarrobo y ñandubay, pero en la actualidad la mayor parte de la región se ha convertido en tierras de cultivo. Los pequeños relictos de vegetación original que aún se encuentran están formados por bosques bajos de algarrobos blanco y negro como especies dominantes.

Conforme a las propiedades ecotonales de la ecoregión, su fauna está integrada por especies que también habitan en otras ecorregiones de la provincia.

Sierras
Esta región se encuentra hacia el oeste de la provincia y está integrada por las Sierras del Norte y las Sierras del Sur. Las Sierras del Norte escasamente superan los 1.000 metros de altitud. Las Sierras del Sur constituyen el cuerpo principal y de mayor extensión de la región serrana de Córdoba. Las sierras, en general, se caracterizan por su gran variedad climática, determinada principalmente por la topografía. La vegetación se distribuye a lo largo del gradiente altitudinal formando pisos o “zonas de vida”. En el segmento más bajo se extiende el bosque serrano chaqueño, conformado por especies tales como el molle de beber, el coco, el horco quebracho y el molle. A medida que se asciende, los elementos del bosque serrano van disminuyendo, confundiéndose con el matorral serrano o romerillal. En las Sierras del Norte, el piso superior está constituido por palmares, mientras que en las Sierras del Sur por los pastizales y bosquecillos de altura.

Desde el punto de vista faunístico, esta región constituye una de las más interesantes y menos estudiadas. Gracias a la heterogeneidad de sus ambientes, es un área de gran diversidad, donde habitan animales extraordinarios como el cóndor, el puma, y una gran cantidad de aves, anfibios, reptiles y mamíferos, con alto grado de endemismos.

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Sistemas Acuáticos
En los ecosistemas acuáticos la predominancia del agua juega un papel fundamental en la determinación de la estructura y las funciones ecológicas. Con excepción de las salinas, la fauna de los humedales de la provincia es muy rica sobresaliendo dos grupos, los peces y las aves acuáticas. La fauna ictícola de Córdoba está compuesta por unas 40 especies, incluyendo algunos endemismos y algunas especies exóticas. Con respecto a las aves, la riqueza es enorme ya que los humedales albergan cientos de especies, muchas de ellas migratorias y que utilizan los cuerpos de agua como paradas estratégicas para sus largos viajes y como sitios de descanso durante el invierno austral. Entre los mamíferos se destacan el carpincho, el roedor más grande del mundo, y el aguará guazú, un cánido adaptado a la vida en humedales.

Salinas
Las Salinas Grandes y de Ambargasta se ubican en el sector NO de la provincia de Córdoba. El área es una extensa planicie, con escasos cursos temporarios de agua superficial. Desde el centro, que constituye un verdadero desierto salino, se presenta un gradiente de comunidades vegetales dominadas por especies tales como el jumecillo, que luego es reemplazado por el jume colorado y por matorrales xerófilos.

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